Importancia de la radiografía de Torax. La radiografía de tórax es una prueba diagnóstica que se utiliza muy frecuentemente en la consulta médica de rutina y también en situaciones de urgencia. Consiste en la captación de una imagen del tórax gracias a la utilización de los rayos X, unas ondas electromagnéticas capaces de atravesar todo el cuerpo y llegar a un detector que mide su presencia en cada punto. De esta forma, los órganos más solidos no dejan pasar los rayos X (los huesos, que tienen calcio) y los más livianos permiten su paso (los pulmones, llenos de aire).
La prueba es muy sencilla y muy barata; además, gracias a ella se obtienen datos clínicos de gran importancia para emitir un diagnóstico y procurar un tratamiento correcto a la persona que lo necesite. La prueba no está libre de riesgos, ya que se utilizan rayos X, que son una fuente de ondas ionizantes capaces de mutar células y predisponer al cáncer. Sin embargo, el potencial cancerígeno de esta prueba es extremadamente bajo. De todas las pruebas radiológicas que se utilizan en medicina es la que menos radiación somete al paciente, y sus beneficios superan los riesgos teóricos.
Hay varios tipos de radiografías de tórax:
Anteroposterior (AP): es el tipo de radiografía de tórax más utilizada. Con ella se consigue una imagen de frente del tórax, con el corazón en medio y los pulmones a cada lado. En un servicio de Urgencias de tamaño medio se pueden llegar a realizar más de 400 radiografías AP de tórax.
Lateral: los rayos X atraviesan lateralmente el tórax. Gracias a este tipo de radiografías se puede observar si hay algo detrás del corazón que estuviese tapado en la AP.
Espirada: habitualmente las radiografías de tórax siempre se hacen inspiradas, es decir, con los pulmones llenos de aire y aguantando la respiración. Pero algunas patologías se ven más fácilmente si la radiografía se realiza habiendo soltado todo el aire primero.
Lordótica: se hace de forma oblicua, de abajo a arriba. Así los rayos X llegan a las puntas superiores de los pulmones sin que las clavículas molesten.
Se realiza una radiografía de tórax cuando se quiere estudiar el interior del tórax por multitud de motivos. Algunas de las razones más frecuentes son estos problemas:
Disnea: se llama así a la sensación de falta de aire o fatiga, que suele ser un síntoma de una insuficiencia respiratoria, en la que el oxígeno no llega a la sangre desde los pulmones.
Dolor torácico: el dolor en el pecho es un signo de alarma de un infarto de corazón, y una radiografía nos permite descartar otras causas de dolor torácico.
Traumatismo torácico: cuando una persona sufre un golpe en el tórax una radiografía puede ayudar a detectar fracturas en las costillas y descartar daño interno.
Sospecha de neumonía: una persona con tos, flemas y fiebre tiene una alta probabilidad de padecer una neumonía. La radiografía es imprescindible para establecer el diagnóstico.
Sospecha de cáncer de pulmón: es la primera prueba para llegar al diagnóstico del cáncer pulmonar. Sin embargo, la tomografía computarizada es la que consigue detectar con más exactitud el cáncer. Hay que recordar que la radiografía de tórax no es útil para utilizarla como prueba de detección precoz del cáncer de pulmón en personas sanas.
Preparación para una operación: es una prueba imprescindible para pasar a quirófano, porque permite detectar posibles complicaciones que hayan pasado desapercibidas.
**Embarazo y lactancia: la radiografía de tórax está absolutamente contraindicada en estas situaciones. Si existe una mínima posibilidad de estar embarazada no debes someterte a esta prueba. Habitualmente el médico realiza una prueba de embarazo antes de realizarla. La lactancia no supone una contraindicación directa.
En primer lugar, el médico valorará si es necesario realizarte una radiografía de tórax. Ese mismo día te podrán realizar la prueba, sobre todo si se trata de una consulta en urgencias, o también te pueden citar para otro día; en ese caso, el día que tengas la prueba no tienes por qué cambiar tu rutina, y no hay ningún motivo para que te pongas nervioso.
Para realizar la prueba te pedirán primero que te quites toda la ropa del torso, desde la camisa, hasta el sujetador en el caso de las mujeres. También tendrás que quitarte colgantes, piercings, o cualquier elemento extraño que esté en la superficie del pecho o de la espalda. Una vez que te hayas quitado la ropa te pedirán que te acerques a la máquina que hace las radiografías.
Tendrás que colocarte de cara a una placa metálica, con el pecho bien pegado a su superficie. Así la imagen será más definida y se podrá estudiar mejor el tórax. La superficie de la placa estará fría, pero se puede soportar. El técnico de rayos saldrá entonces de la habitación para evitar la radiación. No lo hace porque la dosis radiactiva sea muy elevada, pero hay que tener en cuenta que él está todos los días en esa sala, y si recibiese todos los días radiación, por pequeña que sea, se acumularía y le dañaría.
Desde fuera el técnico te pedirá que tomes aire profundamente. En cuanto hinches el pecho la máquina disparará los rayos X y se obtendrá la imagen radiológica. Esto dura un instante, ni siquiera te darás cuenta. El técnico en ese mismo momento podrá ver la imagen y valorará a grandes rasgos si es válida para estudiar el tórax. Si no se ha conseguido, tendrán que repetir el disparo, pero esto sucede en muy pocas ocasiones.
Una vez conseguida la imagen ideal el médico podrá estudiarla y buscar alteraciones en la misma que ayuden al diagnóstico del problema por el que consultas. A día de hoy las radiografías se ven casi siempre en el ordenador, aunque todavía hay sitios donde se imprime la radiografía en papel plástico.
Nada más realizada la radiografía de tórax se pueden conocer los datos de la misma. Sin embargo, pequeñas alteraciones de la prueba pueden ser malinterpretadas, y por eso es mejor que el médico las estudie detenidamente y las valore en relación al resto de pruebas que te realicen.
En la imagen de la radiografía se podrán visualizar las siguientes estructuras:
Corazón: no debe ocupar más de la mitad del tórax. Cuando supera el 50% del ancho se considera que el corazón es demasiado grande y se habla de cardiomegalia.
Pulmones: suelen ser de color negro, con pequeñas trazas grises por los vasos sanguíneos y los bronquios. Si hay una neumonía o una insuficiencia cardiaca, se llenarán de líquido parcialmente y se verán manchas claras. Lo mismo pasa cuando hay un tumor.
Senos costofrénicos: son los ángulos que forman las costillas con el diafragma. Están en la parte más lateral y más baja de los pulmones, y al ser el punto más bajo es el primer sitio donde se acumula líquido en caso de derrame pleural.
Mediastino: se encuentra en la parte central del tórax, contiene el corazón pero también grandes vasos como la arteria aorta y la vena cava, y ganglios nerviosos y linfáticos.
Esqueleto: en la radiografía también se ven las costillas, la articulación del hombro y la columna vertebral. No es la prueba ideal para estudiar los huesos, pero puede detectar alteraciones
Buenas quisiera saber si hacen placa simple de tórax ap
Me hice una placa de tórax y también me salieron esos puntos negros que significan
Hola tengo casi esa foto de mis pulmones,me mandan una cámara gama,me podes ayudar,dicen que tengo epoc