La mielitis transversa aguda es un proceso inflamatorio de patogenia desconocida, aunque se sospecha una base autoinmune.
La prevención de enfermedades infecciosas mediante la inmunización se considera uno de los mayores logros de la salud pública. Pese a este innegable historial, la inmunización no se encuentra a salvo de controversias por la aparición de un evento o conjunto de eventos atribuidos a la vacunación o inmunización. Así mismo, a medida que las enfermedades inmunoprevenibles se tornan menos visibles gracias a la ejecución de programas de inmunización eficaces, se presta mayor atención a los efectos adversos de las vacunas.
En junio de 2009, la OMS declaró la primera pandemia del siglo XXI sobre la base de las características epidemiológicas y de transmisión del virus de influenza tipo A H1N1.
México fue uno de los 10 países más afectados, habiéndose registrado cerca de 12.000 casos confirmados, 14.160 hospitalizados por infección respiratoria y más de 600 defunciones .ademas fue el primer país en reportar casos de gripe A en el continente americano .
En febrero de 2010, comenzó la campaña nacional de vacunación contra la gripe A con vacuna monovalente a virus inactivado.
La mielitis transversa es una enfermedad inflamatoria medular que compromete a la sustancia gris y blanca, generando áreas de desmielinización. Puede ser causada por diversas etiologías incluyendo virales, postvaccinales, postraumáticas, asociada a colagenopatías, vasculares, síndromes paraneoplásicos, autoimunes e idiopáticas . Es común su asociación con vacunas contra la rubéola, paperas, rabia y gripe estacional,
Las complicaciones neurológicas secundarias a vacunaciones son infrecuentes e incluyen: síndrome de Guillain Barré, neuropatía periférica, parálisis de pares craneales, encefalopatía y mielitis transversa .
La mielitis transversa es un desorden de tipo inflamatorio de la médula espinal. Si bien su patogénesis no está fehacientemente demostrada, un mecanismo probable implica al fenómeno autoinmune. Se han descripto casos de mielitis transversa aguda idiopática, en los cuales se demuestra necrosis inespecífica que afecta indiscriminadamente a la sustancia gris y blanca, destruyendo axones y mielina.
Sin embargo, dado que generalmente los pacientes presentan mejoría clínica e imagenológica, no suelen ser examinados histológicamente, por lo que no se puede inferir que todos los pacientes con mielitis transversa presenten necrosis y/o desmielinización. Los estudios histopatológicos se realizan solamente en los casos más severos.
Los síntomas de mielitis transversa incluyen una pérdida de función de la médula espinal durante varias horas a varias semanas. Lo que generalmente comienza como el inicio súbito de dolor en la zona lumbar, debilidad muscular, o sensaciones anormales en los dedos de los pies y los pies puede progresar rápidamente a síntomas más graves, que incluyen parálisis, retención urinaria y pérdida del control intestinal. Aunque algunas personas se recuperan de la mielitis transversa con problemas menores o sin rastros, otros sufren deterioro permanente que afecta su capacidad de realizar tareas ordinarias de la vida diaria. La mayoría de las personas tendrá solo un episodio de mielitis transversa; un pequeño porcentaje puede tener una recurrencia.
El segmento de la médula espinal en el que se produce el daño determina qué partes del cuerpo están afectadas. Los nervios de la región cervical (cuello) controlan las señales al cuello, brazos, manos y los músculos que controlan la respiración (el diafragma). Los nervios de la región torácica (parte superior de la espalda) envían señales al torso y algunas partes de los brazos. Los nervios de la zona lumbar (espalda media) controlan las señales a las caderas y las piernas. Finalmente, los nervios sacros, ubicados dentro del segmento más bajo de la médula espinal, envían señales a la ingle, los dedos de los pies y algunas partes de las piernas. El daño en un segmento afectará la función en ese segmento y los segmentos por debajo de éste. En las personas con mielitis transversa, la desmielinización generalmente se produce a nivel torácico, causando problemas con el movimiento de las piernas y el control de la vejiga, que requiere señales de los segmentos más bajos de la médula espinal.
¿Cómo se diagnostica la mielitis transversa?
Los médicos diagnostican la mielitis transversa tomando los antecedentes médicos y realizando un examen neurológico detallado. Debido a que a menudo es difícil distinguir entre alguien con una forma idiopática de mielitis transversa y otro que tiene una afección subyacente, los médicos deben eliminar primero las causas potencialmente tratables de la afección.
Cuando se sospecha un problema de la médula espinal, los médicos primero buscan descartarlesiones estructurales (áreas de funcionamiento anormal o dañado) que pudieran causar compresión de la médula espinal o de otra manera afectar su función. Tales lesiones potenciales incluyen tumores, discos herniados o desplazados, estenosis (estrechamiento del canal que contiene la médula espinal), abscesos, y colecciones anormales de vasos sanguíneos.
Las imágenes de diagnóstico del cerebro y la médula, usando imágenes por resonancia magnética(IRM), pueden descartar tales lesiones y buscar inflamación. La IRM usa radioondas generadas por una computadora y un campo magnético potente para producir imágenes detalladas de las estructuras del cuerpo, incluyendo tejidos, órganos, huesos y nervios. Casi siempre la IRM confirmará la presencia de una lesión dentro de la médula espinal mientras que la IRM del cerebro puede proporcionar pistas a otras causas subyacentes, especialmente la MS. Si no es posible hacer una IRM (por ejemplo, si la persona tiene colocado un marcapasos), los médicos podrían considerar otras pruebas de diagnóstico como la tomografía computada (TAC), que usa rayos X y un escáner para proporcionar imágenes transversales de huesos, tejidos y órganos) de la columna. La mielografía implica inyectar una tintura en el canal espinal para mejorar la imagen radiográfica de la columna. Las mielografías se usan para diagnosticar lesiones nerviosas espinales, discos herniados y tumores espinales.
Pueden realizarse análisis de sangre para descartar lupus eritematoso sistémico, infección por VIH, deficiencia de la vitamina B12 y diversos otros trastornos. También es necesario un análisis de sangre para NMO, denominado NMO-IgG. En algunas personas con mielitis transversa, el líquido cefalorraquídeo que baña la médula espinal y el cerebro contiene más proteínas que lo habitual y un número aumentado de leucocitos (glóbulos blancos). Puede hacerse una punción lumbar para obtener líquido para estudiar estos factores, excluir infecciones, y buscar marcadores de tales enfermedades como la MS.
Si ninguno de estos análisis sugiere una causa específica, se asume que la persona padece de mielitis transversa idiopática.
Como con muchos trastornos de la médula espinal, actualmente no existe una cura eficaz para las personas con mielitis transversa. Los tratamientos están diseñados para reducir la inflamación de la médula espinal y aliviar o controlar los síntomas.