La resonancia magnética (RM) es el método paraclínico más sensible en el diagnóstico de esclerosis múltiple (EM), mostrando alteraciones en el 95% de pacientes con EM clínicamente definida, sin embargo, la correlación obtenida en diferentes estudios entre los parámetros que ofrece la RM y el grado de discapacidad neurológica ha sido escasa. El desarrollo y progresiva aplicación de nuevas técnicas de RM, que permiten detectar de forma específica aquellas lesiones que traducen un mayor grado de disfunción neuronal, esta permitiendo optimizar la utilización de la RM en el estudio de la historia natural de la enfermedad, y consiguientemente en la monitorización de los enfermos que son sometidos a nuevos tratamientos.
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad del sistema nervioso que afecta al cerebro y la médula espinal. Lesiona la vaina de mielina, el material que rodea y protege las células nerviosas. La lesión hace más lentos o bloquea los mensajes entre el cerebro y el cuerpo, conduciendo a los síntomas de la EM. Los mismos pueden incluir:
- Alteraciones de la vista
- Debilidad muscular
- Problemas con la coordinación y el equilibrio
- Sensaciones como entumecimiento, picazón o pinchazos
- Problemas con el pensamiento y la memoria
Nadie conoce la causa de la EM. Puede ser una enfermedad autoinmune, que ocurre cuando el cuerpo se ataca a sí mismo. La esclerosis múltiple afecta más a las mujeres que a los hombres. Suele comenzar entre los 20 y los 40 años. Generalmente, la enfermedad es leve, pero algunas personas pierden la capacidad para escribir, hablar o caminar. No existe una cura para la EM, pero las medicinas pueden hacer más lento el proceso y ayudar a controlar los síntomas. La fisioterapia y la terapia ocupacional también pueden ayudar.
Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden simular los de muchos otros trastornos neurológicos. La enfermedad se diagnostica descartando otras afecciones.
Las personas que tienen una forma de esclerosis múltiple llamada remitente-recurrente pueden tener antecedentes de al menos dos ataques, separados por un período de ausencia o reducción en los síntomas. En otras personas, la enfermedad puede empeorar lentamente y pueden tener ataques claros. Esta forma se llama esclerosis múltiple progresiva y crónica.
El médico puede sospechar de esclerosis múltiple si hay disminución en el funcionamiento de dos partes diferentes del sistema nervioso central (como los reflejos anormales) en dos momentos diferentes.
Un examen neurológico puede mostrar disminución en la función nerviosa en un área del cuerpo o esto puede extenderse a muchas partes del cuerpo. Las resonancias magnéticas del cerebro y de la columna son importantes para ayudar a diagnosticar y hacerle seguimiento a la EM.
En los últimos años se está realizando un gran esfuerzo en el desarrollo y aplicación de nuevas técnicas de RM que permitan detectar de forma específica, sencilla y reproducible aquellas lesiones macro o microscópicas cuyo substrato patológico mejor se correlaciona con el grado de discapacidad clínica, como son la desmielinización severa y la destrucción axonal. Esta detección selectiva de lesiones ha mejorado sensiblemente la correlación con la clínica, y consecuentemente ha ayudado a comprender la historia natural de la enfermedad, optimizando la monitorización terapeútica de estos enfermos.
La utilización combinada de diferentes técnicas de RM permite caracterizar, de forma más precisa, los cambios patológicos que se producen en el sistema nervioso central en pacientes con EM, detectando selectivamente las lesiones que tienen especial relevancia con las alteraciones clínicas que presentan estos enfermos, lo cual permite optimizar la monitorización de los cambios que se producen, ya sea en la propia historia natural, o cuando ésta se intenta modificar a través de diferentes tratamientos.
La RM, por tanto, se ha convertido en una herramienta que se utiliza como marcador definitivo en ensayos clínicos de fase II o en los que se pretenda evaluar su efectividad sobre la actividad de la enfermedad a corto plazo, o como marcador intermedio en los ensayos clínicos definitivos o en los que se pretende valorar la evolución a largo plazo de la enfermedad.
En un futuro próximo, probablemente se deba establecer una monitorización individualizada en todo paciente que siga un determinado tratamiento que intente variar la evolución natural de su enfermedad, con el objeto de disponer de un marcador objetivo de la efectividad del tratamiento y de la detección precoz de resistencias, con las implicaciones terapeúticas y pronósticas que ello conlleva. Sin embargo, aún se debe hacer un esfuerzo para estandarizar los parámetros de RM que deben ser utilizados para realizar de la forma más precisa, sencilla, disponible y reproducible, esta monitorización individual de los pacientes con EM.
El desenlace clínico es variable y difícil de predecir. Aunque el trastorno es crónico e incurable, la expectativa de vida puede ser normal o casi normal. La mayoría de las personas con esclerosis múltiple son activas y se desempeñan en el trabajo con poca discapacidad,