Trombosis venosa cerebral consiste en la obliteración trombótica de las venas y/o senos venosos durales de la cavidad craneal. Las manifestaciones clínicas de la trombosis venosa cerebral son múltiples, e implican un amplio e inespecífico conjunto de síntomas que pueden inducir a error o retardo en el diagnóstico. A pesar de las múltiples presentaciones, se pueden esquematizar de la siguiente manera.
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El dolor de cabeza es el síntoma más frecuente. Su intensidad es muy variable y puede presentarse como una simple cefalagia, o como una migraña con o sin aura.
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Puede ser tan intensa que se confunda con una hemorragia subaracnoidea.
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La presencia de vómitos asociados a paresia del sexto par craneano, es una forma frecuente de presentación y puede evocar la hipertensión intracraneana benigna.
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Casi la mitad de los pacientes presentan edema de papila.
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Puede presentar también hemiplejia, déficit sensitivo, trastornos del lenguaje y más raramente hemianopsia homónima.
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Las crisis epilépticas parciales, generalizadas e inclusive el estado de mal epiléptico, son una forma clásica de presentación.
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También incluye lesión de varios pares craneales como el tercero, cuarto, sexto y la primera rama del quinto.
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En su forma aguda se asocia a quemosis, ptosis palpebral y oftalmoplejia dolorosa. Inicialmente unilateral, en la evolución puede afectar el lado opuesto.
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El principal diagnóstico diferencial es la celulitis de cara. Si el tratamiento no es precoz y correcto, puede tener una evolución grave con extensión a otros senos venosos, coma y muerte.
La trombosis de las venas y senos cerebrales es una enfermedad cerebrovascular particular que, a diferencia del accidente cerebrovascular arterial, afecta más comúnmente a los adultos jóvenes y niños. Los síntomas y la evolución clínica son muy variables. Un adolescente que comienza con cefaleas después de iniciar la anticoncepción oral, una mujer con convulsiones posparto y un hombre en coma con midriasis en la guardia de emergencia pueden sufrir una trombosis sinusal. La incidencia anual estimada es 3-4 casos por millón de personas, y hasta 7 casos por millón de niños. Cerca del 75% de los adultos son mujeres. Durante la década pasada, dice el autor, los avances en el diagnóstico, técnicas de neuroimágenes y tratamiento han mejorado el pronóstico. En la actualidad, más del 80% de los pacientes tiene buena evolución neurológica.
La otitis y la mastoiditis pueden estar complicadas con trombosis de los senos sigmoide y transverso adyacentes. Si el seno transverso contralateral es hipoplásico¾una variante anatómica frecuente¾la absorción del líquido cefalorraquídeo se dificulta. La hipertensión endocraneana resultante acompañada con edema de papila fue denominada en un principio “otitis hidrocefálica,” un término inadecuado, dado que los ventrículos no están agrandados en presencia de trombosis sinusal. La frecuencia de la trombosis sinusal infecciosa ha disminuido y varía entre el 6% y el 12%, en series grandes de adultos con trombosis sinusal. En los niños, las frecuencias de las infecciones sistémicas (sepsis neonatal) y locales (otitis), son mayores. Un caso especial de trombosis es la del seno cavernoso, la cual casi siempre está provocada por una infección en los senos paranasales, la órbita o la cara.
Diagnóstico

Trombosis venosa cerebral diagnostico
Aunque la presentación clínica el muy variable, el diagnóstico debe sospecharse en los pacientes jóvenes y de edad mediana con cefalea reciente inusual o síntomas símil accidente cerebrovascular, en ausencia de factores de riesgo vascular, en pacientes con hipertensión endocraneana y en pacientes con evidencia de infartos hemorrágicos en la TAC, en especial si son múltiples y no están relacionados con los territorios arteriales. Los síntomas tardan en aparecen un promedio de 7 días. La técnica diagnóstica más sensible es la Resonancia Magnética junto con la venografía por resonancia magnética. En ellas se observa una señal hiperintensa en el seno trombosado. Las características de la señal T1 y T2 dependen de la antigüedad de la trombosis, siendo isointensa en T1 en los primeros 5 días y después de 1 mes. La combinación de una señal anormal en un seno y la ausencia correspondiente del flujo en la venografía por resonancia magnética confirma el diagnóstico de trombosis sinusal, aunque se requiere de un juicio experimentado. La TAC permite descartar otros trastornos cerebrales agudos y puede mostrar infartos o hemorragias venosas, pero también puede ser normal. La TAC de alta resolución puede mostrar trombos como una señal hiperintensa en un seno y aun en las venas corticales (“signo de la cuerda”). La venografia por TAC es una técnica nueva promisoria para el estudio del sistema venoso cerebral. Si la venografía por RM o TAC no llegan al diagnóstico debe recurrirse a la angiografía cerebral, la cual brinda más detalles de las venas cerebrales; es útil para el diagnóstico de los casos raros de trombosis aislada de las venas corticales sin trombosis sinusal. También muestra venas dilatadas y tortuosas (“en tirabuzón”), un signo de trombosis en sentido del flujo sanguíneo. La interpretación de los angiogramas puede ser difícil debido a variaciones anatómicas como los senos hipoplásicos o ausentes unilaterales.